[Este análisis pertenece a la versión remasterizada que viene en el pack Crash Bandicoot™ N. Sane Trilogy, que incluye varios juegos de la saga.]
Si algo les gusta a los desarrolladores de videojuegos, es ponernos en la piel de animales antropomórficos. Ni idea de por qué. Pero si en algún momento te cansas de ser un equidna, un gato, una oca o una cabra… siempre puedes ser un bandicut. Sí, el animal existe. Aunque no están tan locos ni llevan pantalones (hasta donde yo sé).
Sea como sea, el caso de hoy es bastante triste. Si hace un tiempo decía que Mario era como una estrella de rock que no envejecía nunca, Crash es uno de esos músicos que creció a la sombra de su fama, tratando de superarle a base de imitarlo de una forma más actual, cañera, cool. Me viene a la cabeza cierto erizo azul, y todos sabemos cómo terminó eso. El Bandicoot acabó peor. Como la mayoría de grupos de rock, de hecho (aunque sin tantas drogas… creo). Tras una saga inicial bastante famosa, donde incluso se intentó dar a entender que era la mascota oficial de PlayStation, perdió a sus creadores y entró en una espiral destructiva donde cada juego era peor que el anterior.
Pero la nostalgia vende. Y hoy, a muchos de aquellos niños/as que jugaron con el marsupial les ha crecido pelo en partes del cuerpo que antes no tenían. Y carteras con dinero. A algunos, les han crecido incluso hijos, y siempre es un buen momento para atraer a nuevos críos. Así que veamos como trató el tiempo a este peramelidae mutado, y si aún tiene un lugar en este mundo, aunque sea a costa de revivir su pasado.
Jugabilidad: Plataformas 2-D que intenta mutar a las 3-D de una forma extraña, creando un híbrido que no termina de dar con la tecla a pesar de que lo intenta todo lo posible. Pero antes de empezar a desgranarlo, centrémonos en el personaje; con un botón saltamos, con el otro atacamos. Este último consiste en volver a Crash un tornado que lanza a sus enemigos en la dirección opuesta al golpe, lo cual tiene efectos jugables, como destruir cajas o a otros enemigos a distancia. Todo lo que rodea al salto está bien calibrado, con un personaje que se siente bien con el mando en las manos, y unas físicas que funcionan, permitiendo calcular cada salto y rebotar sin problemas de enemigo en enemigo. Creo se ha retocado todo un poco respecto al original, ya que son unas sensaciones mucho más amables de las que tengo en mi memoria, pero es algo que le hacía falta. El problema principal viene al moverlo, ya sea con la cruceta o el stick.
Crash Bandicoot intenta ser un juego de saltos clásico, con niveles 2-D laterales en la mayoría de casos, pero también tiene otros donde vas por un pasillo hacia el fondo de la pantalla –o desde ella, huyendo de rocas gigantes-, dándole una vuelta de tuerca al género y proponiendo algo que, hace años, era relativamente novedoso. Cada fase del juego es simplemente genial, con situaciones nuevas a cada paso, zonas secretas, muchos coleccionables y retos en forma de bonus entre medias. Pero intenta ser 3-D. Esto significa que siempre puedes mover al personaje en todas direcciones, lo cual en los niveles de ir hacia el fondo no termina de encajar bien –pues hay saltos que piden no desviarte ni un milímetro para poder llegar al otro lado–, y en los de avance lateral se vuelve aún peor, provocando que te caigas en momentos aparentemente sencillos por haberte desviado a través de un eje que simplemente no puedes controlar o ver. En cierto modo, esto se arregla jugando con la cruceta, que al fin y al cabo el original fue diseñado con ese tipo de mando en mente, pero aún con esas hay secciones donde te piden que cambies de dirección en pleno brinco, y se nota mucho lo necesario de una palanca de control actual. Y si bien es cierto que no requiere más que mover el pulgar para cambiar entre uno u otro, es un fallo importante que no han arreglado en este remake (o remasterización, o el término que más te guste, cada cual tiene sus vicios).
El desarrollo, más allá de llegar al final del nivel, consiste en destruir todas las cajas, que hacen las veces de bloques ? en la saga del fontanero de Nintendo. Estas contienen la moneda del juego (que por mucho que mi esposa se empeñe, no son manzanas, maldita sea), vidas extra o la máscara Aku Aku, que da la oportunidad de ser dañado sin perder la partida automáticamente -y, reuniendo tres, invencibilidad momentánea-. A veces estas cajas pueden ser explosivos, por lo que no es recomendable atacarlas directamente. Si completas el nivel al 100%, te darán una gema, que es necesaria para el final alternativo del videojuego o, en algunos casos, para desbloquear nuevas rutas en niveles anteriores.
Hay fases que varían un poco la forma de jugar, como unas donde vas montando encima de un animal a toda pastilla. También existen enfrentamientos contra jefes finales, originales y bien pensados, cada uno con su propia estrategia de ataque. Y, para terminar, contrarrelojes que demuestran la atención y cuidado que tiene cada nivel, donde nada está puesto al azar. Además, como colofón puedes jugar con Coco, una marsupial que no aparecería hasta más adelante en la saga original. No varía en nada, salvo diseño y animaciones.
Historia: El doctor Neo Cortex está experimentando con animales a los que él mismo muta para luego someterlos a un rayo mental. Pero eso sí, tras transformarlos les pone ropa, que lo valiente no quite lo cortés. Las cosas se tuercen cuando trata de someter a un marsupial que es inmune a sus inventos… al no tener cerebro. Crash Bandicoot aprovecha para escapar saltando por una ventana, y al caer es arrastrado por el mar a una isla cercana. Una tontería, ya que tiene que volver al laboratorio del que acaba de huir para rescatar a su extraña y preocupantemente atractiva novia.
Sí, lo sé, lo sé. Pero es lo que intenta: una historia sin pies ni cabeza, con personajes que son una burla de los clichés de la época. No se toma en serio en ningún momento, y tú tampoco deberías hacerlo, ya que lleva el humor atolondrado por bandera.
Arte/Tecnología: Es muy fiel al juego original, y prácticamente reconocerás todos sus elementos al instante. Eso sí, todo se ha renovado para dar un aspecto lleno de alegría, color y diversión. Desde palmeras a enemigos, todo tiene un toque de dibujos animados que trae el juego hasta nuestros días, completando aquello que en su día no se pudo mostrar debido a limitaciones técnicas.
A esto ayuda precisamente su apartado técnico, que es perfecto para lo que quiere hacer: todo se mueve, hay viento y lluvia, pelaje en los animales, sombras y luces colocadas con muy buen gusto –junto a una sombra extra siempre a los pies de Crash, para calcular donde va a caer-, modelados de calidad con animaciones sobresalientes, expresiones faciales muy graciosas, muertes que apetece ver, efectos como llamas, rayos o agua… todo está tremendamente cuidado. Las texturas, sin ser sobresalientes, están a un buen nivel y el juego se ve en HD, con soporte hasta 4K. Los 60 fotogramas por segundo logran que se mueva de una forma muy fluida. Tampoco me he encontrado con bugs o errores.
No es el juego más potente que haya jugado (queda muy lejos de eso), pero todo funciona como un reloj para mostrar justo lo que querían mostrar. Llama la atención, recuerda a una película de Dreamworks, y tiene todo el ambiente del original. Siempre digo que los juegos en tres dimensiones envejecen mucho peor que los 2-D, pero a día de hoy no tengo muy claro como el bandicut podría verse mal en unos años. Mi amargado y endeudado yo del futuro responderá a esa cuestión.
Música/Sonido: Con un tema principal por el que no pasan los años como carta de presentación, nos dan una selección musical que empieza con aspectos tribales, y que van cambiando con el transcurso de la aventura hasta adquirir tintes electrónicos o incluso rock. Hay más de una veintena, llegando a ser casi una canción por nivel. El remake presenta temas actualizados, que son una buena adaptación de los originales, pero hay otros que han perdido parte de su esencia y se han diluido en algo peor. Por suerte, son los menos, y yo he disfrutado mucho con su banda sonora, que me acompañó siempre con acierto.
Está doblado al español, y la verdad es que me encantan las voces. Son muy pocas frases, pero los actores han sido bien escogidos y se lo han tomado en serio. El que hace de N. Brio se lo ha pasado bien, eso seguro. Espero que hablen más en el resto de entregas de este recopilatorio, porque la verdad, tengo ganas de oírlos.
Duración/Dificultad: No ha cambiado nada en su desarrollo. Es más, se ha añadido una fase que en su día se quedó fuera, supuestamente, debido a su dificultad. El reto de destruir todas las cajas en cada nivel sigue vigente, incluso el de completar fases sin morir. Sin embargo, las ligeras mejoras en control y físicas, junto a que los momentos de bonus se pueden repetir infinitamente y sin perder vidas –al contrario que en el original–, lo vuelven más amable hacia el jugador. No creo que sea un juego más fácil que antes, ya que todo sigue ahí, pero sí creo que ahora es más justo.
Por otro lado, la epopeya que se libra en una treintena de niveles llenará diez horas de juego, más o menos. Pueden parecer pocas fases, pero algunas son ridículamente largas y te llevarán 15 o 20 minutos, incluso más. Terminarlo al 102% me dejó satisfecho, por lo que no creo que necesite más. Es una duración acertada, y no da la sensación de estar alargado, pero tampoco de que falte contenido.
En resumen: El plataformeo de Crash Bandicoot es muy divertido, aunque un peldaño por debajo de otros grandes del género. Sin embargo, sus fases a modo de pasillo hacia delante, sus jefes finales y su humor le dan ese plus de calidad que necesita para ser recordado. Este remake pudo aprovecharse para paliar algunas aristas, y es cierto que lo hizo en ciertos aspectos, pero querer ser tan fiel al clásico acaba pasándole factura, y repite errores que ya cometió aquel en su día 7/10. En cuanto al resto, yo no puedo tener ninguna queja, y dudo que alguien pueda; su aspecto audiovisual es fiel al recuerdo, da gusto verlo tan cargado de vida y color, y tiene ese doblaje tan genial. Así que, aún con todo lo malo que se pueda decir de él, este es un punto de inicio fantástico por el que empezar a conocer al personaje.
Empiezo a arrepentirme de las decisiones que he tomado en mi vida.
– Aku Aku
PC Usado: CUSTOM
- Procesador Intel® Core, i7-2600K CPU @ 3.40GHz
- Memoria RAM 16GB DDR3
- Sapphire Radeon RX 480 8GB GDDR5
- Windows 10 Pro 64 bits
- Jugado con mando Xbox One